QUE SE SIENTE CUANDO SE SIEMBRA UN ARBOL
Hoy tengo una experiencia muy especial para compartir con ustedes.
Ayer asistí por primera vez a una jornada masiva de siembra de arboles nativos en El Humedal La Conejera. Un lugar que por la condición de su ecosistema, necesita ser protegido y restaurado.
El dia comenzó lluvioso, pero eso no fue excusa para que al llamado asistieran alrededor de 100 personas que por su amor a la naturaleza se hicieron presentes.
Este tipo de actividades tienen mucho impacto en las comunidades; los barrios que colindan con éste humedal, sintieron de cerca durante muchos años, la problemática de la contaminación de este paisaje natural.
El desconocimiento hizo que se vertieran en sus aguas: basuras, restos de construcción y aguas contaminadas; desequilibrando este ecosistema cuna de una biodiversidad bastante apreciable.
Los representantes de El Acueducto de Bogotá, unidos a las organizaciones que protegen este lugar, dieron una charla didáctica, donde nos explicaron a los asistentes la importancia de preservar las áreas protegidas y de reforestar con árboles nativos.
El humedal es decisivo para la vida de muchas especies, pues es el hábitat natural genera los nutrientes y el ambiente necesario para la reproducción de gran cantidad de aves, mamíferos y reptiles; además de múltiples especies de moluscos e insectos.
Durante la temporada de invierno es este el lugar ideal donde las aves migratorias provenientes de Norteamerica vienen a reproducirse o a pasar algunos meses del año.
El humedal actúa como una gran esponja que retiene el exceso de agua durante los períodos lluviosos, reservándola para las temporadas secas, además de ser el alimento de los manantiales subterraneos.
Así mismo, reduce la contaminación del agua, pues las plantas propias del humedal retienen sedimentos y metales pesados, por lo que funcionan como digestores de materia orgánica y purificadores naturales de las aguas contaminadas.
La restauración ecológica, se hace con el fin de recuperar a largo plazo la cobertura vegetal original y crear las condiciones para restablecer la estructura y las funciones ambientales del ecosistema.
Dicho esto pues se dio inicio a la actividad y acompañados por la mística que envuelve la sabiduría ancestral indígena, miembros de la comunidad Muisca nos acompañaron durante toda la jornada entonando cantos a la pachamama y a la madre cósmica.
Fueron cinco horas de trabajo en equipo, cinco horas para volver al origen.
Trabajar la tierra es un despertar de nuestra memoria, donde el periodo siembra significa, abrigo, alimento y sostén.
Ayer sembré arboles y algo en mi interior dice que la semilla quedo plantada en mi corazón, para que crezca...aun tengo mucho por hacer.
El gobernador del cabildo Muisca mencionó que sembrar un árbol es adoptar un hijo, hay que darle amor y cuidado, no solo al momento de plantarlo; es un deber protegerlo hasta que este de un tamaño donde ya se pueda defender y ese es precisamente el trabajo de los guardianes voluntarios del lugar.
17 de abril un dia de siembra...ayer por muchas razones comprendí que "el cambio soy yo".
Comentarios
Publicar un comentario